Como en las épocas de Marzolini, Bilardo y Veira, parece que en Boca el que manda es el diez. Pero el hombre en cuestión no es Diego Maradona, asesor futbolístico de la institución (¿?), sino ni más ni menos que Juan Roman Riquelme.
Al parecer, el enganche fue quien le bajó el pulgar a la idea de que Guillermo Barros Schelotto sea el nuevo entrenador del Primer equipo, pero la elección de Román no pasaba como medida de apoyo a Miguel Angel Russo, sino a problemas personales con el Mellizo. Cuentan que las palabras textuales en una reunion en Japón con Pedro Pompilio fueron: "Si no es Bianchi, que se quede éste" (en alusión al DT campeón de la Libertadores 2007)
Las diferencias se iniciaron a fines de 2000, cuando Guillermo perdió el puesto con Marcelo Delgado, amigo de Traverso, Schiavi y el Topo Gigio, y dividieron al grupo de ese entonces con el bando al que pertenecían su hermano Gustavo, Serna y Palermo. Incluso es sabido que el goleador le pidio en la previa del partido con Real Mardid por la Intercontinental a Carlos Bianchi que juegue su compinche. Y el enlace hizo lo propio con el suyo, lo que finalmente pasó.
A contramano de lo que muchos piensan, Juan Román Riquelme no sólo vino a cobrar dinero (mucho) por dale al equipo liderazgo, freno y volumen de juego. También está para elegir el técnico.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario