8/9/09

Vigilante(s) medio(s) argentino(s)

"Alguien dijo que yo era la vergüenza de la Argentina. Y yo digo que no lo soy. Asi como no le cobré los goles a nadie - simplemente les arranqué una sonrisa a través de mis goles y de mis gambetas - yo no soy la vergüenza porque no le meto a nadie la mano en el bolsillo y porque cada vez que hablo digo las cosas con el corazón. Con el poco corazón que me queda..."

El "Gigantazo" que pegó Brasil en Rosario y el 0-1 ante Paraguay aun deja tela para cortar. Frases que se repiten y generan el mismo debate en la oficina, en el hospital, en el bondi, el almacén o en los programas de radio y televisión en los que abundan los ex entrenadores-opinólogos (?) que, parados frente a un monitor que repite las jugadas con círculos y cruces, hacen parecer todo tan sencillo. Tanto que resulta complicado explicar los fracasos en sus experiencias al frente de un equipo. Es que ellos, como todos, forman parte de los 38 millones de técnicos que tiene la Selección. O de, como diría Andrés Calamaro, 38 millones de vigilante(s) medio(s) argentino(s).

"Es fácil, lo que tiene que hacer Maradona es...". Ese es el intro que usa el cosmopolita parisino para ametrallar las fórmulas rápidas y efectivas para derrotar a Perú y Uruguay, y ganar los siete partidos de Sudáfrica 2010.
El apellido de Gónzalo Higuaín parece ser el emblema del "siempre el mejor es el que no está", al que nos acostumbramos toda la vida. Claro que de esa lista hubo que tachar a los que formaron parte y no aprovecharon las oportunidades: Sergio Aguero, Diego Milito, Carlos Tévez, Fernando Gago y Emiliano Papa, entre otros. Hasta se habla de que, para superarse en el juego aéreo, hay que poner a Martín Palermo o Rolando Schiavi, cuando tres días antes era una locura la decisión de Diego por llamarlos.

Por otra parte, Juan Sebastián Verón se asoma como el lider del equipo, pero algun tiempo atrás fue el "inglés, traidor y vendepatria" que no podía acercarse a la celeste y blanca.
"Basta de los europeos y pongamos a los de acá", se escucha. Pero si Sebastián Dominguezy Nicolás Otamendi (dupla de zagueros del último campeón local) se equivocan, no se puede apelar a gente sin experiencia en el lomo. Es más, somos mas Bielsistas que Bielsa. Cuanta razón tiene un amigo que escribió: "Miralo a Bielsa, se fue con más de medio país puteandolo, cuando la gente decía que ganar las Eliminatorias no servía para nada si después te volvías en primera ronda del Mundial. Que los brasucas habían entrado por la ventana y terminaron dando la vuelta. Hoy muchos de los que lo hicieron exiliar, le piden perdón. ¿Y por que? !Porque le va bien en las Eliminatorias!".

¿En dónde están?, que no se ven, los que reflejaban que los jugadores de Bielsa eran motos que corrían para adelante, que el equipo de José Pekerman y, posteriormente, el de Alfio Basile iban a 10 kilómetors por hora con Juan Román Riquelme como eje. Pero sí se quejan que al de Diegote le falta un armador como Román. ¿En qué quedamos? Lo más simple para el vigilante medio argentino es acusar a Maradona de cometer errores por drogadicto, a Basile por borracho y a Bielsa por estar loco. ¿Y Pekerman? Por boludo.


"Yo lo viví Diego, no panza nada" (?)

Claro que el actual entrenador de la selección no es inmune. De hecho, desde aquí se le criticaron varias cosas. Al autor de estas líneas le gustaría que no se cambien tantos apellidos, que el arquero sea Juan Pablo Carrizo, que Gabriel Heinze juegue de marcador central y que haya un 9 de área. Pero es uno más de los 38 millones de vigilante(s) medio(s) argentino(s) que son capaces de mutar en especialistas de basquet, tenis, canotaje, pato, rugby, polo y ciclismo en un segundo.

Eso ligado al exitismo que determinará que un deportista sea héroe o villano. Por un triple Manu Ginobilli será Dios, un mal o buen pique lo acusará a David Nalbandian de "gordo fiestero" o "canchero y simpático". Con una medalla, Juan Curuchet será tema de orgullo hasta por los que saben de ciclismo sólo que la bici la usan para ir a la heladería (?) y un buen desempeño de los Pumas los tildará como emblema de la clase obrera. Y, con un bronce, Paula Paretto emocionará a todos porque nadie la apoyó.

Y se puede aplicar a otros ámbitos. Con la muerte de Raúl Alfonsín, todos eran demócratas a ultranza, pero si a dos cuadras te afana un chico que no tiene para comer, los mismos sostienen que "hay que mandarle bala". Igual, los jugadores deberán pensar en las lágrimas por hambre de ese mismo pibe a la hora del Mundial, porque estamos todos unidos. De eso se encargarán las publicidades del celular y la cerveza, con el tema de Italia '90, o un tape en el programa de Marcelo Tinelli, con los jugadores saltando y cantando.

Ante Perú y Uruguay, los partidos más importantes de la selección en años, habrá que alentar a los once tipos que dejarán todo por conseguir el pasaje a Sudáfrica, que deberán sentir y transpirar la celeste y blanca. Al fin y al cabo, con esa camiseta, son quienes nos representan a nosotros, los vigilante(s) medio(s) argentino(s).

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