24/11/07

Ringo Bonavena, el más luchador de los boxeadores

Para aquellos amantes del boxeo, que pidieron más de Ringo cuando leyeron su biografía, he aquí el perfil de uno de los grandes exponentes del deporte de nuetro país:

Reacciones contrariadas, diferencia de posturas ante la misma situación o ambigüedad de conceptos frente un estímulo similar. De este conjunto de palabras que Ringo no hubiera tolerado escuchar, tal vez por su condición de muchacho de barrio, o consecuencia de su temprana emigración desde aquella cárcel de madera que alguno llamará pupitre, y su atuendo blanco que cumplía mas que satisfactoriamente el papel de traje a rayas de prisionero, hacia la tierra del trabajo, la lucha y el combate contra la rutina que le dio una paliza mayor que la propinada por Cassius Clay, podrá explicarse el contraste de opiniones que la gente tiene sobre Oscar Bonavena. Fanfarrón y arrogante para algunos, luchador y desafiante de lo ya impuesto por los poderosos, el hombre que de niño supo Titi para luego convertirse en señor.
Pero hay un rasgo imposible de omitir, sea adepto o detractor, y es que el espíritu de una persona que reta y pelea hasta el final, y esto excede el ámbito de la lona y las cuerdas, incluso también el deporte, es clave la confianza y seguridad en uno mismo, el sentir que uno puede detener hasta un derrumbe de la Muralla China, y en él estuvo presente desde el comienzo. Bautista Rago, entrenador de Ringo en sus inicios en el boxeo en Huracán siempre se encarga de contar que “ lo más llamativo, ya en aquella primera época de él como amateur, era su seguridad. Subía al ring y no dudaba de que se bajaría con el triunfo. Ya desde chico me porfiaba diciendo que iba a conseguir el título.”
No había nada que lo atemorice. Y Tampoco nadie, sea quien fuese. Poco le importó al joven Oscar, que todavía no era Ringo, que en 1964 y aunque no llevaba un año en Estados Unidos, que enfrente estaba Cassiuss Clay y le gritó “¡chicken!, ¡chicken! (gallina, gallina)" .Tampoco que el manager de Rodolfo Diaz, Victor Arnautein, lo esperara con un revolver y siguió con sus bromas. Le dio un papel higiénico y le dijo: “Es para tu pupilo. Le va a hacer falta de aquí hasta el sábado porque está cagado”.
Esa forma de ser, esa personalidad dura que poco le importaba el que dirán, no era propiedad exclusiva del ring y todo lo que le rodea. Solía traspasar esa frontera y buscar nuevos horizontes, tal como lo hizo el Titi, que fue vendedor de hielo, encargado de seguridad en boliches, picapedrero . Y de la forma que no lo atemorizaba un hombre en cuero, con guantes en la mano, por más musculoso que sea, tampoco lo hacía una cámara, un micrófono o un teatro lleno de gente, porque fue cantante, actor en cine y de revista.
Y si alguien se burlaba de ello, sabía sonreír, porque tenía espalda hasta para reírse de si mismo. En un reportaje, se dejó fotografiar vistiendo sólo un minúsculo slip bicolor. Un periodista amigo, Dimas Suárez, le criticó esa elección y al día siguiente Ringo le envió una docena de slip idénticos.

Pocos pueden graficar el amor-odio que muchos sienten por Bonavena como lo hace Horacio Accavallo, porque para él “era un poco chistoso y algunas cosas o caían bien, pero es el boxeador más simpático del mundo. Yo salí a bailar, cenar compartí mucho con él y por eso puedo asegurar que cuanto más se lo conocía, más se lo quería.”

La pelea con Cassius Clay es fiel reflejo de su vida, porque en el último round pudo haber perdido por puntos, pero intentó la victoria heroica en vez de conformarse con una digna derrota.


Si muchos testimonios pueden dar cuenta lo que era, quien mejor que él para autoilustrarse: Yo soy el macho argentino, pero además lo represento en todo sentido, en habilidad, picardía y fuerza”


¿Fanfarrón y agrandado? Tal vez haya sido una persona que le escapó a la demagogia como lo hizo a su maestra de sexto grado, pero el espíritu de pelea, de coraje y lucha no se disfrazaba en palabras. Un hombre que para demostrar su gen argentino, no le hizo falta un programa de televisión.
JONATAN WETZEL
Para cerrar, un poema muy bueno
:
POEMA A RINGO (recitado por Antonio Grimau)

Cómo voy a recordarte que no sea de esta manera
Con tu risa de atorrante, de atorrante pero buena
Con tu espalda de gigante, ancha como un mar sin tregua
y tu mano franca, franca para el pobre siempre abierta

Como voy a recordarte que no sea de esta manera
Como puedo imaginarte sin habano y sin galera
sin domingos de ravioles amasados por la vieja
y después del beso tierno a ver al Globo en la Quema!!

Cómo voy a recordarte que no sea de esta manera
Si un frío mayo, ahí tan frío como tu ausencia
diste duro tu gran pelea, la de la vida, la que no espera

Cómo voy a recordarte que no sea de esta manera
Qué sin vos Ringo, las calles están grises como niebla
Si un payaso tembloroso se acurruca en cada puerta
y la hinchada ya no canta ni la Quema está de fiesta.
La tristeza creció tanto que me abraza como hiedra

Cómo voy a recordarte Ringo!! que no sea de esta manera

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