7/9/09

En Rosario estuvimos lejos


Maradona asumió la responsabilidad del cambio de cancha. Pero el 1-3 con Brasil deja a las claras que los problemas siguen vigentes. Y que la culpa no es de Antonio Vespuci Liberti.

Cerca. Rosario siempre estuvo cerca. Con esa frase, Fito Paez inmortalizó en su estribillo lo que consideró que sería su mejor su homenaje al gran Alberto Olmedo. Sin embargo, y aunque la tierra del ya deaparecido humorista se vistió de gala para recibir uno de los partidos más importantes a nivel selección de los últimos años disputado en nuestro país, la sensación que quedó en el ambiente post 1-3 es que el equipo que hoy dirige Maradona está muy lejos de muchas de las cosas que se pretenden. Y con el Mundial que se avecina, y siempre en términos futbolísticos se acerca más a la tragedia que a las sonrisas que nos regaló el Negro.

Muy lejos del nivel de Brasil. El equipo de Dunga no es el mejor de la historia, pero está unos cinco escalones por encima del de Diego Maradona. Encontró el funcionamiento colectivo, los apellidos para llevarlo a cabo, es práctico, efectivo, y, a diferencia de años enteriores, cuenta con poderío en las pelotas paradas y solvencia en un arquerazo como Julio Cesar. Y sin anillos que se caigan, sabe cuando esperar para salir de contragolpe. Cada uno de sus jugadores conoce lo que tiene que hacer y lo cumple a la perfeción.
En tanto, los nuestros atacan pero no lastiman, Leonel Messi no puede hacerse cargo de todo lo que se espera por él, dado que está obligado a recibir 10 metros más atrás que en Barcelona, donde la rompe. Tira centros, pero no hay nadie con altura para cabecearlos.
Colectivamente, se pierde en las dos áreas y la marca en zona, que ya venía del ciclo Basile, continúa costando goles, y partidos.

Lejos de asustarlos. El entrenador pidió mudanza del Monumental a un Gigante de Arroyito, que era "ideal para meterlos contra un arco". El argumento era que la AFA perdería un millón de dólares, pero no habría silencio atroz (?) con el público más cerca. Sin embargo, los 45 mil gritaron al principio, pero no pueden marcar a Luisao o Luis Fabiano, tarea de los "locales" Sebastián Dominguez y Gabriel Heinze. El 0-2 trajo la misma desazón que hubiese existido en River.

Lejos de Sudáfrica.
Algunos resultados acompañaron (¿marcha otro container para Perú?), pero aun hay que visitar Paraguay y Uruguay. El podio parece estar definido para los brasileños, guaraníes y chilenos. Por ende, cuatro países pelean por dos lugares: el cuarto puesto y el consuelo de un repechaje que da el quinto.

Lejos de corregir errores. Cuando llegó Maradona, dijo que Heinze es central y no lateral. Sin embargo, como en Alemania 2006 se apuesta nuevamente abrir a un zaguero. No hubo trabajo, como en otras disciplinas, de un macrociclo, o sea, un proyecto a cuatro años para buscar el funcionamiento. Siempre se buscó apellidos "parfa zafar el momento" (por ejemplo, se sabía que Abbondanzieri no iba a llegar a Sudáfrica y fue el primer arquero). Quizás un armado de un equipo base desde la primera fecha disimularía la falta de tiempo de trabajo que se quejan todos.

A 16 años del 0-5 contra Colombia, Argentina vuelve a poner en duda su pasaje al Mundial. Otra vez las miradas están puestas en la misma persona: Diego Maradona. Pero no para que se ponga la 10, sino que deberá meter mano, futbolística y anímicamente, a un equipo que, aun, no está cerca de Sudáfrica.

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